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El cantante más técnico y estilizado de la música ranchera Mexicana, el llamado “cantante perfecto”, “la voz de terciopelo” el Rey del bolero ranchero, Javier Solís, venía de sacar un álbum magistral con banda (Javier Solís con banda, puedes ver la reseña AQUÍ) en Nueva York, del cual las ganancias fueron destinadas a organizaciones sin ánimo de lucro.
No obstante este disco no fue muy bien recibido en México, en el año en que el que salió: una vez más la cerrazón de las masas a los pequeños cambios fue la causa de ello. Entonces Javier Solís decidió mostrar su nuevo material con la comunidad Mexicana en Estados Unidos, por lo que emprendió una gira en dicho país de las barras y estrellas.
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Durante esa gira, Javier contacto al músico estadounidense Chuck Anderson, con el cual acordó hacer otro proyecto distinto a lo hecho en los inicios de la carrera del rey del bolero: un álbum ejecutado con orquesta, el cual fue llamado “Javier Solís en Nueva York” que es el álbum que nos ocupa:
Para presentar este álbum Javier dijo: “Quiero presentar a ustedes este disco con el fin de acercarme al nivel de otros artistas de géneros románticos, y así poder demostrar una vez más que los interpretes de la canción Mexicana si tenemos versatilidad” y esta es la razón de ser de “… en Nueva York.”
Lado A:
Arranca el álbum con la archi-conocidísima melodía de “Solamente una vez”, una de las más famosas de Agustín Lara. Esta canción arranca con unos arreglos exquisitos de saxofón, violines, flautas y arpas, alternando a voces distintas, creando una introducción sumamente elegante y romántica, para este bolero orquestal. Entonces entra con suavidad la voz del Rey del bolero: el álbum acaba de iniciar mostrando claramente de que va, con una orquestación técnica de suprema suavidad…
Otra gran canción memorable inicia, con arreglos sumamente bohemios en tonos menores al más puro estilo del bolero jazzístico: “Beeeesame… besame muuuucho…” canción magistral y ya todo un clásico de Conchita Velázquez. Los arreglos menores semitonales para esta pieza contribuyen a darle “variedad” al álbum casi desde el principio… bueno, variedad si tomamos en cuenta que aquí son puros boleros al estilo “Big band”. Los trombones aquí crean esa sensación exótica de “Jazz-Boleriano.” Juro que este sería un excelente soundtrack para una película noir.
“Siboney… yo te quiero… yo me muero: por tu amor…” Entra pues esta zarzuela tropical compuesta por Ernesto Lecuona a un amor juvenil: a su amada e idealizada india Siboney que conoció en algún Manigual.
Entrados pues en estos matices menores, ya sean jazzísticos, exóticos, o tristes, llega una introducción sutil y de elegancia magistral: estamos ante la canción “Tres palabras”, con muchos de los arreglos más característicos del bolero bohemio, pero esta vez orquestado con violines. “Son tres palabras, solamente mis angustias, y esas palabras son: ¡Cómo me gustas!” Merecen la mención los arreglos preciosistas de la flauta transversal en el interludio y el final de la canción, demostrando alta clase a la hora de introducir arreglos.
Otra intro lenta, pero acompañada esta vez por marimba y por un requinto con figuras muy bien acertadas, dándole otro matiz variado: es la canción también muy conocido de “Perfidia.” Mención especial merece el excelente guitarrista que creó y ejecutó dichas figuras tan acertadas: Amado Díaz Muñoz.
Entonces llega una canción inquietante: el arpa comienza a dar una sola nota y a repetirla, luego Javier: “como las tamboras que se oyen por la selva resonar, como el tic tic tac del reloj que cuenta las horas al pasar…” y mientras canta simulando las manecillas del reloj, los violines crean suspenso, así como los trombones que se suman, formando todos ellos un inicio misterioso e increíble, es la canción de Noche y día, o “Night and Day” del compositor Estadounidense Cole Porter. Aquí el magnífico Javier va aumentando la intensidad y la fuerza de su voz de un modo gradual hasta el final donde mezcla magistralmente ¡Por paradójico que parezca! la fuerza y la suavidad de su voz…
Lado B:
El lado B del disco inicia con una introducción sumamente hermosa y pletórica que proyecta la maravilla de la naturaleza: estamos ante “Vereda tropical.” Con unos arreglos tan alegres, románticos, maravillosos y con ese encanto místico que produce el trópico y las costas a los que no nacimos allí. Mención aparte merecen los monosílabos bien interpretados por el cantante Mexicano.
“Quiéreme mucho” entra con uno de los más hermosos arreglos de requinto. Cada matiz aporta de modo discreto y moderado a la belleza de esta pieza magistral.
La versión bolero de “Maria Elena” con marimbas que suenan de un modo tan “folclórico” contribuyen a mantener la dulzura, algo “empalagosa” de este vals bolerizado.
Luego llega la canción que inicia de una manera “somnífera” haciéndolo intencionadamente, ya que es la canción de “Duerme”, aunque el final quizás despierte al escucha que se estaba quedando dormido, porque suenan estridentemente los trombones. “Te quiero, dijiste” es la penúltima canción, y para cerrar llega “Cuando vuelva a tu lado.”
El único defecto que le suelo encontrar a muchos de los álbumes magistrales de los grandes artistas, es que dejan las canciones menos llamativas para el final, por lo que los cierres suelen ser algo flojos. Es quizás uno de los poquísimos defectos que le encuentro a este álbum, y sin embargo la elegancia sutil de los arreglos orquestales, la excelsa e inigualable voz -quizás la más grande que ha dado México- y la belleza de las canciones hacen de este álbum una de las joyas de la excelencia musical, y por lo tanto, merecedor de este premio:
Álbum: Javier Solís en Nueva York.
Género: Bolero, Zarzuela, Orquesta sinfónica, Big-band, Música Romántica.
Lado A:
1.
Solamente una vez.
2. Besame
Mucho.
3.
Siboney.
4. Tres
Palabras.
5.
Perfidia.
6. Noche
y Día.
Lado B:
7. Vereda
Tropical.
8.
Quiereme Mucho.
9. María
Elena.
10.
Duerme.
11. Te
quiero dijiste.
12.
Cuando vuelva a tu lado.
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SECCIONES a las que pertenece este artículo: Música
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Es un disco extraordinario, pero ¿qué orquesta lo acompaña? ¿Quién hizo los arreglos? Me interesa saberlo porque soy músico y lo disfruto mucho. Gracias por su atención y ojalá me aclaren mis preguntas.
ResponderEliminarEs una orquesta de sesión del director y arreglista Charles Anderson, quién a partir de allí trabajó con muchos artistas mexicanos, llegando a convertirse en el maestro detrás de los arreglos orquestales de famosos rockandrolleros Mexicanos metidos a baladistas como Eduardi Carrión, Julissa y Enrique Guzmán.
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