Palabras
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“Cuando el Cordero
abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el
cielo, como una media
hora. Vi entonces a los siete Ángeles que están en pie delante de Dios; les fueron
entregadas siete trompetas... y los siete Ángeles de las siete trompetas se
dispusieron a tocar…”
(Libro del
Apocalipsis, capítulo 8, versos 1 y 2.)
El Cordero referido aquí es Jesucristo, El
Hijo de Dios, y por el contexto de la película citada, es el que decide el
final de la vida física, el final de la vida del cuerpo. Al abrir el séptimo de
los siete sellos se refiere al final, al encuentro con la muerte. Ante este
encuentro con la muerte, surgen en el corazón del ser humano las preguntas más
trascendentales: ¿Es un nuevo comienzo? ¿Se siente dolor en el camino de la
vida hacia la muerte? ¿Tiene algún sentido la vida más allá de ser un camino
hacia la muerte? ¿Qué hay más allá de la muerte? ¿Es la muerte el final de
todo?
Sin embargo se ha hecho silencio por parte
del cielo, silencio por parte de Dios: no hay una respuesta de Dios al que se
hace estas preguntas sobre la muerte… y el silencio dura media hora, o veinte
años o un minuto… El silencio dura hasta que los siete Ángeles reciben sus
siete trompetas y se disponen a tocarlas: el silencio dura hasta que ha llegado
ya el momento de morir.
Es por ello que en esta película, “El
Séptimo Sello” que toma su nombre de este pasaje Apocalíptico se presenta el
simbolismo de todo ese pasaje: Ante el decreto de la aproximación de la muerte,
o ante el conocimiento de su inminente llegada, cuando surgen las preguntas
existenciales, entonces el cielo calla, y calla durante el tiempo necesario,
hasta que aquel tenebroso y frio ser que representa a la muerte ha llegado para
llevarte consigo.
El Séptimo Sello se estrenó el Sábado 16 de
Marzo de 1957 en Estocolmo Suecia, siendo su director, el célebre Ingmar
Bergman (1918-2007), quien naciera en la ciudad de Upsala, dentro de una
familia Luterana, de hecho fue hijo de un ministro de dicha religión.
Es por ello que la visión religiosa del
cristianismo protestante influyó tanto en la formación de su pensamiento.
Durante su infancia fueron recurrentes los conceptos del pecado, la confesión,
el castigo, el perdón y la misericordia, como formas de relacionarse con sus
padres.
Esta educación que recibió, rígida, a la
vez que algo supersticiosa fueron moldeando no sólo su temprana manera de
pensar, sino también en su psicología, por lo que en el futuro, expresaría las
emociones que reaccionan ante estos conceptos como una especie de catarsis.
Sin embargo no todo fue catarsis en sus
obras, tanto de teatro como películas, pues también fue tomando una postura un
tanto más liberal y escéptica frente a la religión.
Estudió Literatura e historia del arte,
para luego iniciarse en el teatro, comenzando a subir posiciones en el mismo.
Dentro de este ramo, estuvo asistiendo a los directores del teatro de la Ópera
Real de Estocolmo.
Poco a poco Ingmar Bergman fue deslizándose
desde el teatro hacia el Séptimo Arte participando como guionista hasta que recibió
la oportunidad de dirigir sus propias películas.
Así es como filmó películas como Crisis
(1945), Llueve sobre nuestro amor (1946), Barco a la India (1947), Eva (1948),
Hacia la felicidad (1950), Juventud divino tesoro (1951), Noche de circo (1953),
o Sonrisas de una noche de verano (1955).
Mientras comenzaba a planearse la filmación
de esta última película, Bergman escribió el guion de una obra para los
estudiantes de actuación del teatro de Malmö, guion llamado “Pintura sobre
tabla”, el cual fue el primer prototipo para la película mencionada.
Gradualmente Pintura sobre tabla fue
transformándose en el guion para lo que sería una de sus obras maestras más
célebres, que es por supuesto la película aquí referida: El Séptimo Sello. Pero
¿Por qué es una película tan célebre y quizás la más famosa de Ingmar Bergman
junto con Persona, Fresas salvajes, Gritos y Susurros y El huevo de la
serpiente?
Esta película es célebre porque de algún
modo todos los personajes son reconocibles: como si nosotros nos topáramos con
gente que conocemos, aunque nunca hayamos visto en persona a los actores que
los interpretan ¡Aun si ni siquiera los hubiéramos visto en ninguna otra
película! Pero los personajes son tan reconocibles y familiares, porque más que
personajes, más que actores, son arquetipos. Sin soltar ningún claro spoiler,
quiero mencionar a los arquetipos personificados en esta película:
El protagonista es a la vez un caballero
cruzado que la personificación del desengaño y el miedo a morir sin haber
encontrado el sentido de la vida.
El escudero representa tanto al cinismo
como al escepticismo: sobre todo esto segundo.
La dama representa lo que podría haberse
perdido en la búsqueda incesante por objetivos quiméricos.
La pareja de actores de una compañía de
teatro representan lo menospreciado por la sociedad, así como la llegada de una
nueva vida: la muerte puede esperar muchos años por ellos… ¿O no?
El herrero paradójicamente representa la
debilidad, aunque también la cobardía: pues necesita de la multitud para
enfrentar a quien le quiere quitar lo que ama, ya que aunque teme perderlo,
teme también el enfrentar sin ayuda a quien quiere arrebatarle al objeto de su
amor.
Y la esposa del herrero representa el otro
lado de la debilidad cobarde, que es la mezquina conveniencia y la traición.
La mujer seria representa a la inocencia.
La acusada de bruja obviamente representa
al chivo expiatorio de la sociedad y el temor a la peste.
El director de teatro representa el engaño
y la farsantía.
El antagonista es la muerte ¿Hace falta
aclarar algo más sobre ella? Quizás que la misma muerte tampoco ha visto en
persona ni a Dios ni al Diablo ni a algún Ángel o Demonio.
Habiendo hablado ya de los “personajes”
arquetípicos (cuyo extraño comportamiento los delata como símbolos
personificados) toca hablar un poco del contexto: la época en la que está
ambientada la película es por supuesto la Edad Media, pero no es una época en
particular la ambientada aquí, sino que es una suma de anacronismos también:
hace coincidir tanto a las cruzadas como a la peste negra, siendo que el último
reducto importante de los cruzados: San Juan de Acre, fue tomado por el Sultán
Ashraf Khalil en 1291, y el primer brote de peste negra en Europa fue en 1342.
Estas dos coincidencias nos dan también una
pista: que la “ambientación” también es simbólica: ya que el significado de
esta Edad Media imaginaria es la forma simbólica de describir a los temores de
la guerra fría y a el miedo latente a la muerte por aniquilación nuclear.
Respecto a la historia… ¿Para qué quieres
que te la cuente? Mejor búscala en cualquier tienda de películas clásicas de
todas las épocas o descárgala si estás suscrito a un sitio download, y
comprueba por ti mismo porqué está película no sólo es excelente, no sólo te
hace pensar, y así sabrás porque la revista QUID Editorial le ha dado el premio
GS por excelencia cultural a la memoria de Ingmar Bergman.
Título: Det Sjunde Inseglet (El Séptimo Sello)
Año: 1957.
Director: Ernst Ingmar Berman.
Soundtrack: Erik Nordgren.
Duración: 96 minutos.
País: Suecia.
Casting: Max Von Sydow, Nils Poppe, Gunnar Björnstrand, Bengt Ekerot, Bibi Andersson, Gunnel Lindblom, Ake Fridell, Maud Hansson, etc...
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