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Fábula del grillo y la hormiga. (Cuento cruel pero realista sobre el mundo animal).


    La hormiga habla y le cuenta, 
a Dorasol y otros animales, 
lo que vivió en su vida incierta, 
junto al grillo y sus grandes cantares:



    “Salen el sol y la luna, 
tiempo en calores: verano, 
fatiga como ninguna, 
así: hormigas trabajamos.


    Salen la luna y el sol, 
tiempo en verano y descanso,
 pero aquel grillo huevón, 
se pasa el tiempo cantando.


    Carga tras carga llevamos,
 con rumbo a nuestro castillo, 
porque alimento cargamos, 
trabajando hasta el fastidio.


    La melodía en sus cantares, 
de aquel grillo perezoso, 
pasa el tiempo sin afanes, 
come las hojas goloso,

   

    Salen el sol y la luna, 
tiempo en temblores: invierno, 
de hojas verdes no hay ninguna, 
pues todas ya se secaron.


    Pero junto a mis hermanas,
 entramos en el castillo, 
con comida almacenada, 
¡Nos dimos festín bendito!

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 Salen la luna y el sol, 
tiempos de nieve y blancura, 
la comida se acabó,
 y para el grillo: hambruna.


    Grano tras grano comemos, 
refugiadas en castillo; 
por la ventana yo veo, 
frente a la puerta a ese grillo:



    “Salgan todas o alguna,
 hormigas mil generosas, 
porque en mi estómago nunca, 
sentí tanta hambre cabrona.”


    “¡Lo siento señor cantante!,
 si en tiempos de vacas gordas,
 sin trabajar no afanaste, 
el aire es lo que te toca.


     Si cuando el verde abundaba,
 sólo cantaste con bríos,
 ahora del verde no hay nada, 
mejor baila por el frío.”


    Y cuando entre al castillo,
 el grillo quiso seguirme,
 más las hormigas golpeamos, 
al perezoso alfeñique.



    Salen el sol y la luna, 
tiempo es de la primavera, 
sólo del grillo quedaba, 
lo que llaman calavera,


    Pues la coraza quedaba, 
vacía por dentro ¡No hay nada! 
Y las hormigas salimos, 
para las nuevas jornadas.


    “¿Por qué estamos tan cansadas?
 La comida está agotada,
 será por eso que estamos, 
extenuadas y delgadas”


    “¡Miren aquello tirado! 
Mejor aquello que nada”
 Las hormigas devoramos, 
de aquel grillo su coraza.



    Guarda bien esta enseñanza, 
para nunca depender, 
de la incierta bonanza,
 y así bien permanecer.


    Porque en bonanza o en lloros,
 dos cosas buenas harás: 
trabajo duro y ahorros, 
y de hambre no morirás.


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SECCIONES a las que pertenece este libro: Literatura.



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