Mientras el día de hoy algunos niños de ciertas zonas muy afortunadas se levantaron con las ansias de correr hasta la sala de su casa, para ver que les dejó Santa Claus, o Los Reyes Magos, o El Niño Dios, o Papá Noel, etc…
Ese hermoso monte verde y morado (el color de los riscos y peñas vistos desde lejos), es un monte, que junto con otros cercanos: tienen el suficiente tamaño para que no puedas llegar a la cima del “Monte del tiempo”, ni siquiera en una mañana y una tarde completas, y por ello cuando cayó la noche, tú y tus compañeros alpinistas decidieron acampar y pasar la noche estando ya muy cerca de la cima.
Ha llegado entonces la mañana, y tus
compañeros y tú suben con entusiasmo y grandes expectativas a la cercana cima,
para contemplar desde sus alturas a la selva de abajo, las costas y el
gigantesco lago lejano…
Desde la cima, el sol de la temprana mañana ilumina con sus dorados rayos a un paisaje sumamente espectacular, con toda esa vegetación, así como la arena y el “mar” interior a lo lejos ¡Un momento! En la postal, la vista desde la cima del monte jamás mostró a la arena del mar, pues los acantilados de piedra eran golpeados directamente por las olas, entonces ¿Porqué desde un ángulo muy alto (la cima del monte) se alcanza a ver una pequeña franja de arena? ¿Acaso el ese mar interior, ese lago, se está secando? Además es preocupante que cierta vegetación en las faldas del monte no se ve tan verde como el guía de la expedición pensaba que les mostraría… ¿Qué está pasando? El guía les dice que durante este año las lluvias escasearon, y que el año pasado había llovido un poco más, pero nada comparable a las abundantes aguas de hace 3 años hacia atrás.
“… Tal vez… solo tal vez… y espero equivocarme:
pero es probable que esta escasez de lluvia… que notamos por estas señales… nos
indique la inminente llegada de un monstruo. Miren, estamos en la cima del “Monte
del Tiempo” y lo que vemos allá adelante es el panorama del futuro. Ustedes
vienen del presente, y aquel que se aproxima a nosotros es un ser que poco a
poco se va a acercar hasta alcanzarlos en su ciudad…”
“¿Y quien es ese ser o ese monstruo?”
“Ese monstruo es Gurzagozhir… es el dragón del hambre, quien viene pronto hasta este monte, pero no se detendrá aquí: sino que los alcanzará a ustedes mismos en su ciudad, en su provincia, pues todo el país y más allá están a punto de ser visitados por el dragón del hambre.”
Y ese primer anuncio, aunque ustedes,
jóvenes, no lo creyeron, se fue cumpliendo cada año, pues el resto del año no
llovió nada en aquella región montañosa, mientras que en la ciudad de los
alpinistas las lluvias disminuyeron. El siguiente año se desataron incendios
forestales en la zona visitada, mientras que en la ciudad las lluvias casi no hicieron
acto de presencia.
A partir de ahí la sequía y los incendios acabaron con la vegetación y los campos, destruyeron los bosques y terminaron de secar los ríos. Los siguientes años el agua celestial desapareció, y la reserva de alimentos se acabó. Las importaciones de comida eran tan caras que no todo mundo podía darse el “lujo” de comer tres veces al día. Entonces la crisis económica agudizó el problema, provocando numerosas muertes: Gurzagozhir, El Dragón del Hambre, hacía acto de presencia, con todo el azote de su maldición, contemplando con satisfacción como los ancianos, los niños y los enfermos se debilitaban, muriendo muchos y sufriendo una escasez casi absoluta, pareciendo esqueletos vivientes, y soportando una debilidad muy triste, muy horrible de ver, pero más horrible de padecer.
Pues cuando el auténtico honor (Reflejado en
la búsqueda y el alcance del bienestar para nuestro prójimo), cuando ese
auténtico honor y esa nobleza no están presentes, entonces llegan Tres Dragones
descomunalmente que vienen a torturarnos y causarnos un sufrimiento que parece
interminable, son los Dragones de La Ira, el Miedo y El Hambre. Porque cuando
no hay Honor ni Nobleza, el ser humano se encuentra inerme ante sus tres impulsos
más primitivos, y hará lo que sea para contrarrestarlos.
Del mismo modo, cuando La Nobleza y El Honor no se encuentran entre los gobiernos ni la en la Geopolítica, cuando las grandes trasnacionales, los señores de la guerra y los partidos políticos no se comportan así, sino solo para satisfacer su estómago egoísta y su propio bolsillo para engordarlos: entonces el pueblo, el cual es EL PRÓJIMO COLECTIVO, se encuentra casi totalmente desprotegido ante los embates de los 3 Dragones torturantes. ¿Quién le hará frente a uno de esos tres Dragones? ¿Quién se atreverá a improvisar un arma de madera, y a golpes de valentía, perseverancia y un corazón de oro intentará darle sus mejores golpes a ese dragón tan horrible?
Pues déjenme decirles que, fuera de esta
alegoría, en esta realidad, y mientras me están leyendo, hay un hombre, un
verdadero héroe, llamado Geoffrey Charity, quién, desde la periferia de Kampala,
en Uganda, está combatiendo casi completamente solo al gigantesco Gurzagozhir,
al gigantesco Dragón del hambre…
En una región Africana sumamente castigada
por ese dragón: donde millones de personas no comen lo que deberían, y muchos
de ellos se mueren lentamente por causa de ese azote. En esa región hay
personas que no conocen otra forma de vida que fuese más cercana a la
abundancia, y muchos no pueden imaginar algo distinto, como si viviesen sin
esperanzas, sin aspiraciones, sintiendo que este monstruoso azote es normal e
inevitable.
¿Puedes imaginarte lo que es no saber si podrás comer mañana? ¿Cómo es la vida hecha de varios días seguidos sufriendo ese dolor en el estómago vacío de alimento, pero algo hinchado por el hambre, esa debilidad, esa terrible tortura de acidez y desesperanza? Y es que la lenta aniquilación de millones de personas por causa del dragón del hambre es algo que debería escandalizar a la humanidad, y sin embargo no lo hace… mucha gente vive ajena a eso que sucede a millones de kilómetros de distancia, o a miles, tal vez a millas, o quizás en su misma ciudad, pero en los barrios más marginales.
Y ante tanto sufrimiento, tanta crueldad e
indiferencia, y tanta desigualdad monstruosa, se ha alzado esté héroe, este
hombre de honor llamado Geoffrey Charity, para ayudar a sus compatriotas: para
ayudar a niños, madres y ancianos que sufren el hambre en su país, no contando
más que con una conexión a Internet y una fundación creada por el y por su hermano Joshua (Q.E.P.D.)…
¿Acaso vamos a dejar que él solo combata inerme contra el horrible dragón del hambre? ¡Rotúndamente no! Y es por eso que hago un llamado, amigos y hermanos míos, para que, a partir de esta Navidad pero no solamente en ella, nos informemos, y ayudemos en la medida de nuestras posibilidades, a la causa de Geoffrey y de su fundación “Joshua Charity Organization in Uganda” para darle alimento a los niños y a sus familias de Kampala en Uganda. Quien tenga dinero suficiente puede enviar dinero a esa fundación mediante los medios que el mismo Geoffrey le provee en su página de Facebook.
Quien en estos momentos no tenga los recursos suficientes, puede ayudar de otras maneras, por ejemplo: difundir este artículo o los posts y las evidencias que el hermano Geoffrey publica, para que su llamado pueda llegar a más personas ¡No dejemos que el solo combata al dragón del hambre! ¡Sumémonos a su heroico esfuerzo! Porque si no hacemos nada: un día… el más inesperado quizás, veamos en el horizonte la sequedad y la desolación que anuncian la inminente llegada de ese dragón terrible, cuyos efectos de sufrimientos infinitos quizás no podemos alcanzar a imaginarnos…
¡Feliz Navidad!
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