Palabras clave: clásicos, artes plásticas, Plástic-art universal, cueva de Altamira, Pinturas rupestres, prehistoria, paleolítico, cavernícolas, pinturas rupestres en españa, pinturas rupestres de españa, cuevas de cavernicolas en españa
En un lugar de Cantabria, de cuyo nombre no quiero acordarme... ¿O si quiero? ¡SI QUIERO! Fué en Altamira, en el actual municipio de Santillana del Mar, España. Corría el año de 1868, cuando un campesino de la región: Modesto Cubillas, descubrió por casualidad la cueva de Altamira. Pero luego Marcelino Sanz de Sautuola, el “Heirich Schliemann
español”, se adentró en la gruta en busca de vestigios de la época
prehistórica.
Marcelino Sanz de Sautuola (1831.1888)
Así fue como descubrió objetos,
herramientas y armas prehistóricas, más concretamente del periodo paleolítico,
la famosa edad de Piedra.
10 años después, y después de haber visto
en Francia los objetos descubiertos y exhibidos del mismo periodo, decidió
volver a Altamira para seguir explorando más y documentando sus nuevos
descubrimientos.
Así publicó una relación llamada “Breves
apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander”.
Luego, en 1879 Marcelino, el erudito, el “Schliemann
español” volvió a la cueva junto con su hija (que en ese tiempo tenía siete
años) llamada María Faustina Sanz.
Así que la niña sería la descubridora de
algunas de las obras de arte de las que mostramos imágenes aquí, pues mientras
su padre buscaba e inspeccionaba los artefactos prehistóricos, la niña prendió
una vela, vio el movimiento titilante de su propia sombra, y como esta se
alargaba hasta el techo de la cueva, hasta que lo vió…
“¡Mira papá, los bueyes!”
Entonces el padre asustadísimo corrió hasta
donde estaba su hija para alejarla de los toros o bueyes que por alguna razón se habrían
metido a la cueva, y cuando llegó donde ella estaba, no vio ningún animal, pero
vio su infantil mirada apuntando hacia arriba, y su manita señalando lo que
sería el descubrimiento del arte rupestre más emblemático de toda la
arqueología: los animales del gran techo.
(El
gran techo.)
Tras el gran descubrimiento, la cueva debía
ser protegida, por lo que Sautuola mandó poner una puerta y proteger la cueva,
mientras llevó unos dibujos que había copiado de las cuevas a la comunidad
científica, para que sus descubrimientos fueran evaluados y aceptados. Pero las
cosas no salieron como esperaba Sanz de Sautuola: casi nadie creyó que las
pinturas rupestres fueran prehistóricas.
Solamente Juan Vilanova y Piera,
catedrático sobre Paleontología de la Universidad de Madrid apoyó las hipótesis
de Marcelino Sanz, defendiendo esta postura ante la comunidad científica.
(Juan Vilanova y Piera. 1821-1893)
Sin embargo el prejuicio y los sesgos de
los paleontólogos, influidos por el paradigma imperante de la época, llevaron a
creer que las pinturas eran modernas, quizás “por encargo” de Marcelino a un
pintor mercenario.
El paradigma de ese tiempo todavía pugnaba
por definirse entre dos posturas contrarias, que lamentablemente todavía
continúan entre la sociedad, (y demostrando que como sociedad no hemos avanzado
mucho desde entonces): la postura creacionista y la teoría evolucionista.
Tuvieron que pasar 27 años, para que finalmente
en 1906 los investigadores de renombre: Hermilio Alcalde, Henri Breuil y Hugo
Obermaier retomaran los estudios de la cueva de Altamira, dando implícitamente
el beneficio de la duda, y posible credibilidad a las conclusiones de Marcelino
Sanz y Juan Vilanova.
(Signos de protoescritura prehistórica)
4 años después, ante la naciente afluencia
de visitantes, el gobierno local instituyó la guía turística oficial de la
cueva. Sin embargo, 67 años después fue identificado el deterioro de los
pigmentos causados por las visitas masivas a la cueva por lo que se cerró
durante 5 años la entrada a visitantes.
Después de volver a reabrirse, durante 20
años se creó una réplica exacta de la cueva de Altamira, usando para las
pinturas las mismas substancias que antes usaran Pedro Picapiedra y sus amigos.
Y así, a partir del 2002, esta “Neocueva” es la que recibe las visitas
turísticas por lo que ya no tienen que seguir deteriorándose los pigmentos de
la famosísima cueva.
Palabras clave: dios mercado, religión, economía, doctrina económica, capitalismo, crítica, análisis, felino capitalista, puma capitalista, libertarios, ayn rand, adam smith
Hoy mismo impera en el mundo, en muchos
gobiernos, en ideólogos, en predicadores de su palabra y muchos más una
religión llamada Capitalismo. Mientras otras religiones tienen en su centro a Jehová,
Allah, Cristo, Brahma, Hashem, etc… y dicen sin tapujos que su centro es un
Dios, el único, o uno entre muchos, en esta religión el centro de toda su
adoración es el Mercado: el Dios Mercado.
La religión fundada por Adam Smith se ha convertido
para muchos en incuestionable, tiene su propio enemigo, su propio Diablo (que
es la religión opuesta, la otra cara de la moneda) llamado comunismo. Según
esta religión se cae en el maniqueísmo de que tienes que elegir o servir y
seguir a Dios-mercado, o condenarte para siempre junto al Diablo-comunismo.
Si te atreves a criticar al todopoderoso
Dios-mercado, entonces le haces el trabajo y sirves (aún sin querer) al
comunismo. Te tildarán de “chairo”, “millenial”, “progre”, “populista”, etc…
Pero ¿Quién es ese Dios-Mercado?
El Dios-Mercado es un Dios Tetrauno, es
decir, es una Tetranidad, formada por: El Padre Egoísmo, La hija Libertad
incondicional (de mercado), La Paloma Competencia, y El Verdugo Reajuste.
El Padre Egoísmo, motor del Mercado, la
primer persona de la Tetranidad, es un Padre bueno, pues al buscar lo mejor
para sí mismo, está buscando lo mejor para el resto de la sociedad. Su
derivado, el afán de lucro, lleva a una concentración centrípeta de los
recursos, lo cual ¡Por supuesto! Enriquece mucho más a los ricos, aumentando el
contraste entre ellos y los pobres, lo cual está muy bien, pues sólo así se
atiborrarán tanto sus bolsillos, que comenzarán a caérseles monedas de sus
bolsillos directo al suelo donde los pobres y las clases medias podremos
recogerlas, porque es ahí en el suelo donde debemos arrastrarnos para ganar más
monedas ¡Y debemos ser agradecidos por ello! Y a quien no le guste esto es un
maldito envidioso blasfemo.
La
Hija Libertad Incondicional (de mercado), la segunda persona de la Tetranidad,
busca, como su nombre lo dice, la libertad sin condiciones para el mercadeo.
Pero la diabólica gente que quiere condicionar y poner marcos necesarios a esa
libertad, son gente mala que está contra la libertad ¡Son malditos opresores!
Así pues, vendrá a ser que los creyentes en la Tetranidad, en la libertad de
mercado incondicional son los únicos y verdaderos defensores de la libertad y
la democracia, mientras que todos los demás son autoritarios ¡Malditos sean! No
te opongas al liberalismo capitalista ¿O es que acaso eres un maldito comunista
estatalista?
La Paloma Competencia, la tercera persona
de la Tetranidad, quiere que haya competencia libre sin restricciones ni
condiciones entre trasnacionales, oligopolios de otros países, monstruosos
monopolios (de otros países), etc… para “pelear” el mercado contra el pequeño
empresario, el comercio tradicional, los pequeños comerciantes, etc… Así, y con
la justísimamente justa libre competencia, los clientes elegirán siempre al
mejor producto, obligando a los demás a mejorar constantemente la calidad y el
precio de sus productos. Aquí no interviene para nada la capacidad para pagar
costosas -y hasta cierto punto muy eficientes- campañas de publicidad ¡Claro
que no! No influye el que grandes empresas entrantes puedan pagar espacios en
todos los medios. Siempre triunfará por sobre ellos la tiendita tradicional y
no se verán casi afectados para nada si sólo le echan más ganas. Con la
libertad incondicional a competir en cualquier peso, pesos pesados golpeando a
pesos mini-mosca, la economía se desarrolla, y con ella, todo un país que se
haya sometido a esta Tetranidad. Así pues, más riqueza es generada y producida,
y el desarrollo sustentable se logra.
Entre más caótico y salvaje sea el
capitalismo en ese país, más rápido se desarrollará esa tierra de buenos
creyentes. Pero entre más condiciones le pongan a la libre competencia y al
libre mercado, más subdesarrollo, inseguridad, pobreza, hambre, llagas, ríos de
sangre, plagas de moscas y ranas habrán.
El Verdugo Reajuste es la cuarta persona de
la Tetranidad, es la parte del Dios-Mercado que pone a prueba nuestra fe
hermanos, pues es el que lleva las crisis tanto a los incrédulos
no-ultracapitalistas (y por lo tanto chairos de mierda) como a los países
obedientes. Así es que de vez en cuando a todos les toca una crisis, ya sea un
castigo por no alinearse, o por un reajuste normal y propio del mercado. Por
ello grandes empresas quiebran, y la economía se resiente con un alza del
desempleo en muchísimos sectores, pero ¡Tranquilos mis borregos! Símplemente
hay que esperar a que el mercado, en su santísima voluntad, termine de borrar
de la faz de la tierra a las empresas no tan eficientes, y ¡Volveremos a
empezar!
El Dios mercado existe desde que existe la
humanidad, o probablemente antes, pues si nos basamos en la tesis de Max Weber,
y la llevamos a sus últimas consecuencias, resultará que el Mercado-Dios es
Dios interpretado desde el punto de vista protestante, y como el protestantismo
se basa en la fe del Dios Bíblico, resultará entonces que el supuesto
Mercado-Dios es ¡El creador del universo! Por lo tanto Mercado-Dios ha
inspirado cualquier progreso humano: Él estaba presente desde que un
cavernícola juntó 8 piedras para poner una señal. El inspiró los crómlechs, Él
estaba detrás de la construcción de las pirámides de Egipto, Los jardines
colgantes de Babilonia eran un Mall para ir a hacer “shopping”. El Partenón era
una sucursal de Sears, y así cualquier progreso, cualquier cosa que vale la
pena en esta vida (y la otra) se la debemos a la adoración del Dios mercado,
que no es otra cosa que el afán de lucro, pues esa es la voluntad de Dios.
La
voluntad del Dios mercado es que todos seamos ricos, felices y comamos
perdices. Por ello es que si la economía crece, es gracias siempre al
Dios-Mercado. Si hay crisis económica hay que realizar sacrificios para la
expiación de pecados: desregular la economía, privatizar empresas públicas,
convertir la deuda privada financiera en deuda pública, bajarle aún más los
impuestos a las trasnacionales, etc…
Para cumplir la voluntad del Mercado hay
que seguir sus mandamientos ¿Cuáles son? Minimizar el papel del estado, reducir
a la insignificancia (cuando no desaparecer) a cualquier intermediario entre el
patrón y los lacay… los empleados, no deberás poner trabas al despido, pues
este es siempre justificado, flexibilizarás el mercado laboral, No
nacionalizarás, desregularás la economía, debes privatizar empresas públicas, no
aumentarás el gasto público, salvarás al sector financiero a costa de lo que
sea, bajar (incluso a tasa 0% si es necesario) los impuestos a las
trasnacionales, etc… Estos mandamientos son inalienables y deben aplicar
SIEMPRE SIEMPRE, en cualquier país.
¿Tu país es abundante en recursos naturales
y quiere crear su propia industria para manufacturar productos y ser lo más
autosuficiente posible? ESO NO IMPORTA: lo que debes hacer es abrir las
fronteras, y que entren productos YA MANUFACTURADOS mientras tú vendes tus
materias primas, pues ¿Quién va a querer tus “utópicos” productos
manufacturados cuando ellos mismos producen los tuyos? Ellos lo que quieren son
tus mangos, naranjas, piñas… tu plata, oro, tu petróleo.
¿Qué tu país no tiene casi agricultura pero
tiene mucho hierro y otros metales? ¡No importa! Tú ábrele las fronteras a las
trasnacionales para que puedan llevarse los metales que tienes, mientras te
vende productos ya fabricados de metal. ¿Quieres que aquí mismo se fabriquen
esos productos? Entonces permite condiciones de trabajo TERCERMUNDISTAS, en las
que la gente trabaje 15 horas diarias con salarios de miseria, sin tomar en
cuenta su vocación, sino su capacidad para ser desechable mano de obra, pues
sabemos, junto con Yaron Brooks que “son las únicas condiciones que permiten el
desarrollo”.
¿Tu país en cambio es rico en ganadería y
en agricultura mixta? ¡Eso es irrelevante! Permítele la entrada a alimentos
procedentes de países cuya agricultura está subsidiada, permítele la entrada a
esos alimentos y ve como sus precios mucho más bajos sacan a tus productos
agrícolas del mercado, lo empobrecen y lo pauperizan para poder ser
“competitivos”. ¡Contempla como tu país le compra productos finales a esos
países, mandando dinero hacia ellos, luego ellos subsidian sus campos cuyos
trabajadores ganan poco, logrando alimentos demasiado baratos, y luego ellos te
los venden a precio de ganga, desplazando a tus propios alimentos! ¡Contempla
eso y sé agradecido con el capitalismo, la religión verdadera!
Pero
si no te sometes a esos mandamientos, el Dios mercado desatará su furia sobre
tu país: implementará un bloque… ¡Que diga! un embargo, financiará golpes de
estado y dictaduras, educará en sus escuelas a títeres sumisos llamados
“tecnócratas” para que gobiernen corruptamente a tu país, le venderá armas a
las mafias de esos países que reniegan de la verdadera fe, entrenará a
ejércitos golpistas y perros guardianes del gobernante títere, ya sea en los
países sometidos a su Divinidad, o en tu mismo país, lavará dinero proveniente
de las drogas, etc…
Si aun así sigues Sus mandamientos, y tu
país sigue así de jodido, es porque El Mercado está probando tu paciencia y tu
fe, así que ¡Persiste! Aunque el país se esté cayendo a pedazos víctima de la inseguridad,
la corrupción y la desigualdad.
Pero, además del dios-mercado, sus
mandamientos y lo que demanda de los afortunadísimos creyentes y las amenazas a
los incrédulos ¿Hay más elementos comunes entre esta religión y las otras? ¡Por
supuesto! Tenemos por ejemplo el credo capitalista, cuyos dogmas son
incuestionables:
Creo en el mercado, cuya mano invisible lo
debe regular todo. Regulador de la economía y de los gobiernos, de la
creatividad humana, así como de su libertad.
Creo en una sola atribución del gobierno:
la de aporrear y encerrar a los criminales, de entre los cuales hay ladrones
indeseables, hijos de padres flojos, huevones, que por su ineficiencia
perdieron sus fuentes de trabajo y se quedaron rezagados ante la justísima
competencia nada desigual.
Creo en la sagrada ley de la oferta y la
demanda, la cual debo hacer cumplir para que impere en todos lados.
Santifico los impulsos egoístas del ser
humano, los cuales sólo deben dejarse al azar dentro del contexto de Dios
mercado para que hagan que todo progrese y mejore.
Santifico la privatización de servicios de
salud, educación y alimentación a los más pobres, pues si son pobres es porque
no trabajan, y si son pobres niños, que se pongan a trabajar: ya sus hijos
podrán tener infancia si bien les va, y si no les va bien, es el destino, los
caminos inescrutables e incuestionables de Dios-mercado.
Creo en el equilibrio incuestionable del
mercado, el cual es la solución misma para el deterioro ambiental, pues sólo
mediante su poderosa mano los productos ecológicos serán más rentables y serán
más ecológicamente ecológicos.
Creo que la desregulación de todos los
sectores es buena y debe ser implementada en todos los países.
Creo que debemos leer menos a Marx y más a Von
Mises.
Los libros sagrados del capitalismo. ¿Cuál es “La Biblia” del capitalismo? Es
decir: ¿Cuál es el conjunto de libros sagrados que tiene y sus autores? Los más
básicos son:
“La riqueza de las naciones” de Adam Smith,
que es su “génesis” por así decir, “La ética protestante y el espíritu del
capitalismo” de Max Weber, “La rebelión de Atlas” de Ayn Rand así como “El
ideal desconocido”, así como “Liberalismo: la tradición clásica”, “La acción
humana” de Ludwig Von Mises y “libre para elegir: una declaración personal”.
(Si me falta mencionar alguno, agradecería
a un religioso de esta fe que nos aclare cuál es).
Así pues, vemos que esta religión
economista postula básicamente que todo lo bueno que pase en un país es gracias
a ese supuesto Dios, sin embargo si algo sale mal hay dos opciones: o es por
culpa de los pecadores y estúpidos mortales que no entienden la voluntad del
mercado, o es por la voluntad del mercado y sus caminos inescrutables. Así por
ejemplo si a un país le va mejor es sólo gracias al libre mercado, pero si le
va mal, o es porque todavía hay restricciones de mercado o por una fluctuación
del mismo, que causa pobreza, desempleo y crisis, la cual debemos los humanos
soportar con paciencia y siempre dóciles a Su voluntad (del Dios de los
capitalistas).
Pero, los malnacidos incrédulos preguntarán
¿Cómo es que la Unión Soviética -el régimen anticapitalista por excelencia-
avanzó desde una economía semi-feudal y atrasada (El régimen Zarista) hasta
disputarle a Estados Unidos la hegemonía tecnológica y armamentística, algo que
hasta Hollywood admitió cinematográficamente (Rocky IV)? Ah pues sacamos la
carta de que es por su descomunal tamaño, alcance y recursos. Sin embargo estos
fanáticos religiosos luego no tienen empacho en decir que “Los países estatistas
que no permiten la libertad de mercado se mueren de hambre aún a pesar de que
muchas veces son paraísos tropicales sobre los que se erigen repúblicas
bananeras.”
Si un país no se gobierna por esta
teología, sino que tiene ciertas restricciones y regulaciones al mercado, pero
mejora en muchos aspectos, simplemente es “porque lo que queda de libre mercado
es lo que saca adelante a ese país”. Sin embargo si países como México han
venido privatizando y desregulando sectores sociales, industrias y servicios
progresivamente desde los 80´s están tan débiles y padeciendo crisis económicas
endémicas y una terrible desigualdad, es porque “Todavía no desregulan todo, y
cuando lo hagan mágicamente la situación mejorará”. Inclusive alguna vez
escuché a un descerebrado de esos que se hacen llamar “capitalistas felinos,
tigres, pumas y gatos” decir “Peña Nieto es socialista…” con esto para que se
den una idea de la capacidad de análisis de estos fanáticos.
Si hasta dónde va el artículo, el lector ya
se ha dado cuenta de que soy un escéptico del dios-mercado, quizás todavía se
pregunte el “¿Por qué?” pues bien, daré las razones por las que no creo en el
dios-mercado, no creo ni que el mercado sea Dios, ni que su “mano invisible”
deba ser el regulador de la economía. Explicaré pues por qué no soy un
incondicional del capitalismo:
1.-
Razón filosófica: tanto el capital como el bien común, no poseen en sí mismos
cualidades aptas para regular la economía. El capital sirve como incentivo y
como objeto de ahorro e inversión, pero nunca como timón principal de la
economía, no es la función que le corresponde. Lo mismo el bien común, que
tiene características de “norte” o de beneficio deseable, pero tampoco es apto
para regular la economía. Con respecto al mercado, es un campo de acción y una
red de interrelaciones, pero como toda red: es el instrumento para atrapar el
beneficio (como los peces), más no constituye al pescador mismo. Los tres
conceptos son necesarios para la economía de una civilización, por lo que no se
le debe dar prioridad a ninguno de los tres si eso significa minimizar al
resto, pues eso es sectario.
Pero si me dicen que hay que darle
prioridad, ¿Acaso ustedes en un gimnasio consideran inteligente solamente
ejercitar un solo brazo o una sola pierna mientras el resto del cuerpo esta
fofo? Pues así de estúpidos son los argumentos sectarios, si se llevan hasta
las últimas consecuencias. Filosóficamente a ese tipo de sectarismos se los
llama “reduccionismo”, pues reducen en su análisis a un solo o unos pocos
aspectos de la realidad.
2.- Razón social: otro tipo de sectarismo
es el egoísmo mismo, pues si se trata de vivir en sociedad, no se le puede dar
prioridad a la actitud egoísta, pues un ejemplo de sociedad egoísta es donde
los que gobiernan, independientemente del sistema político o económico que
lleven, son gente corrupta y codiciosa ¿Cómo podríamos reclamarles que hacen
mal si lo único que hacen es velar por sus intereses egoístas? Lo mismo el
crimen organizado, la gente que sabotea el trabajo de otros, etc… En el caso
empresarial legítimo, en una competencia sin ningún árbitro regulador, dos
empresas pueden competir, por ejemplo en una “carrera armamentística” para
estar un paso por encima de la otra, y en el camino pueden crecer tanto, que llegan
a alcanzar el sector de mercado de una tercera, cuyo sector no estaba tan
competido ¿Qué pasa en ese caso? Pues que si una de las empresas acorazadas le
deja el “campo libre” a la otra, para concentrarse con la tercer empresa, la
puede destruir, comerle todo el mercado, con su nivel de competitividad
superior, y una vez destruida y absorbida su capacidad, está tan fuerte que
puede volverse y aplastar a su vieja enemiga.
En este proceso puede crecer
desmesuradamente destruyendo a las empresas que se quedaron pequeñas (y por lo
tanto, aniquilando puestos de trabajo y empleos) ¿Cómo es positivo enviar a
cientos de personas a la deriva del desempleo, si en esos niveles de
competencia no se puede garantizar que las otras empresas estén dispuestas a
contratarlos a TODOS (si eso se hiciera, a corto plazo disminuiría el nivel de
competitividad de las mismas, lo que las haría más vulnerables frente a sus
“enemigos”’?). En cuanto a los ejecutivos y directivos ¿Qué pasaría si ellos se
dejan llevar totalmente por el interés egoísta y además son materialistas? Pues
que pueden planificar el tiempo de su gestión con un criterio puramente
personal, mientras que el destino de la empresa pasa a segundo plano. Así pues,
pueden realizar recortes de empleos porque “las necesidades de la empresa así
lo demandan” (recuérdese la “flexibilidad de los despidos”) y aumentar la “meta
de eficiencia” haciendo producir más durante el mismo tiempo, pero sin que eso
aumente nada o muy poco sus salarios ¿Y al final del día para qué? Para que ese
ejecutivo pueda obtener más ganancia personal sin que eso merme la eficacia
competitiva de la empresa (es decir: en ese caso la empresa se queda como
siempre, pero el jefe gana más).
Inclusive empresas enteras han quebrado
durante las crisis mientras que los directivos se llevan el dinero y se dan la
gran vida, o reaparecen en forma de “consultores financieros” o inclusive en
algún ministerio o secretaría de economía del gobierno: ¿No que muy
“anti-estatalistas”? ¿Entonces realmente el egoísmo lleva a la eficacia
empresarial? Pues el egoísmo de esos ejecutivos empresariales los lleva a
despedir a varios de sus empleados para así poder embolsarse su dinero, pues es
la forma más sencilla de aumentar sus cuentas. Así queda el egoísmo como “motor
principal de la eficiencia y la eficacia”. Luego ¿Qué tiene de bueno el egoísmo
que motivó a comerciantes y comisionistas de bancos y empresas financieras a
otorgar hipotecas a personas que claramente sabían que no podrían pagar, sólo
para cobrar sus comisiones? Ese egoísmo es pues el que causó crisis como la de
las hipotecas subprime del 2007, cuyas consecuencias, a 10 años de la crisis,
aún se padecen en varios lugares.
En cambio, cuando el egoísmo cunde en la
sociedad, se da una lucha de egos, que al igual que con las empresas en
competencia selvática, pero al cabo de generaciones, hacen que al final triunfe
el ego que aglutine para su causa a más egos, y los subordine para un objetivo
egoísta común: de la pelea de los egos individuales surge triunfante el
totalitarismo del ego ganador. ¿A que no les gusta ese pronóstico a nuestros
amigos capitalistas “libertarios”?
3.- Razón de justicia: de la interacción
del individuo con la sociedad surge la justicia aplicada, por lo que daré ahora
mi razón basada en la justicia y el mérito, mi razón para no comulgar
incondicionalmente con el capitalismo. Sucede pues que cuando se trabaja en la
construcción, es algo muy evidente: jóvenes, pero también señores, trabajando
en un rango de edad desde los 15 años hasta los 60 años trabajan manualmente en
un trabajo honrado, pero duro y extenuante, mientras que “el inge”, “el
arquitecto” “el licenciado”, etc… vienen y les dicen cómo deben trabajar, aun
cuando esos profesionistas sean jóvenes, y muchos de ellos no hayan usado un
pico y una pala ni una sola vez en su vida. ¿Cómo es posible eso? ¿Qué mérito
tienen esos jóvenes para subordinar muchas veces a gente esforzada que tiene
toda una vida en el trabajo duro y honesto? Muchas veces el único mérito que
tienen estos jóvenes es el haber nacido en familias que si podían costearle la
universidad.
En algunos casos menos frecuentes los
jóvenes trabajaron mientras iban a la universidad. ¿En este caso es justo que
ellos tengan cierta “jerarquía laboral”? Podría decirse que si en cierto caso,
pero ¿Es justo que otros estén “destinados” a recibir sueldos menores sólo
porque nacieron en familias que no podían costearle los estudios superiores?
Eso si no es justo. Por otro lado, tenemos el caso de jóvenes con carrera que sin
tener dinero, y sin estar obligados a trabajar para costearse los estudios
superiores, pudieron accesar o bien a una beca por excelencia, o bien a una
universidad pública de bajo costo. ¿No que el estatalismo es malo malo como el
diablo? Por estas razones es que la supuesta meritocracia en el capitalismo se
cae por sí sola, pues por ejemplo si mi sueño era ser arquitecto, pero soy
huérfano y los sueldos que gané trabajando duro no me permitieron costearme los
estudios ¿Es justo que me resigne a no alcanzar mis sueños? ¿Es justo que luego
quiera, condicione y casi obligue a uno de mis hijos a ser arquitecto contra su
voluntad, para yo sentirme realizado a través de él? ¿O es justo que con lo
ahorrado monte una empresa familiar en la que todos trabajen y no les permita
trabajar y ganarse la vida en lo que ellos más quieren? Y nótese que estoy
hablando de casos en los que a una persona que en su infancia era inmensamente
pobre le fue muy bien económicamente ¡Ahora imagínense los casos menos
afortunados! Así que eso no es meritocracia ni justicia, eso es sobrevivir y
salir adelante. Un punto que si le concedo hasta cierto punto (valga la
redundancia) al capitalismo, es decir: es válido decir que el capitalismo
implica altos grados de eficiencia y eficacia ¡Pero no me salgan con que el
capitalismo implica meritocracia o es “el sistema económico más justo”!
4.- Razón condicional: en la vida real no
existe nada incondicional, es decir, no hay nada que no se sostenga en
condiciones sustentadoras. No hay cracks del futbol sin las condiciones de
práctica, trabajo duro, talento utilizado al máximo, aptitudes previas y
actitudes de campeón. No hay justicia en la sociedad sin méritos de la misma
para obtenerla y aplicarla. No hay buenos gobiernos que duren sin una sociedad
que demande la buena gestión y sepa reformarlos cuando es necesario. No hay
economías fuertes sin un trabajo duro detrás, independientemente de si es justo
o injusto ese trabajo duro. Por lo mismo, no hay libertad en la sociedad si no
hay un marco social que la ayude a subsistir y mantenerse sin degenerar, por
tanto: no hay libertad incondicional.
Siendo el ser humano (adulto y sano
mentalmente) responsable de sus acciones, no significa que su entorno determine
si será una persona de honor o un criminal NO. El entorno no determina, PERO SI
CONDICIONA. Los que juegan póker me entienden con esto, pues la mano de cartas
que les tocó no la eligieron, PERO TAMPOCO DETERMINA LA MANO QUE PIERDAN LA
PARTIDA, sin embargo si los condiciona fuertemente, y deben jugar con las
cartas que les tocaron. Así pues, se debe trabajar por mantener las condiciones
mínimas necesarias para que exista una sociedad libre, se deben mantener y
fortalecer las condiciones que delimiten el marco social de los grupos humanos.
Una condición por ejemplo es la justicia, las leyes, y por tanto jueces, es
decir que para que la sociedad sea libre debe haber justicia, y la justicia por
lo tanto necesita un ENTE REGULADOR. ¿Por qué con el mercado debe ser
diferente? Para que haya libertad de mercado (y no libertinaje) debe existir un
marco económico, dentro del cual debe haber algo que regule al mercado, y no el
mercado mismo, no le corresponde.
Por ello a los capitalistas “libertarios”
les digo ¿Acaso las instituciones de justicia siempre implican “opresión
asfixiante”? Si me contestan que sí, supongo que les gustaría vivir bajo la
“ley” de la selva, donde unos asaltantes armados hasta los dientes puedan
quitarle sus cosas, un grupo de violadores numerosos secuestren a su familia y
un tipo musculoso con impulsos homosexuales los ataque y viole a ellos mismos
sin que puedan defenderse de él a causa de su fuerza. Pero si me contestan que
no, que “Las instituciones de justicia no necesariamente implican siempre
opresión asfixiante.” Por lo tanto les pregunto ¿Cómo es que piden que se le
quite al mercado lo que saben bien no les conviene quitarle a la sociedad? Así
pues se deduce que LAS INSTITUCIONES REGULADORAS DEL MERCADO NO NECESARIAMENTE
IMPLICAN SIEMPRE UNA ASFIXIA ECONÓMICA.
Si me dan la razón en esto anterior, pero
me dicen “Si Zendir, estamos de acuerdo en que no todos los entes reguladores
son asfixiantes, pero él comunismo si lo es” pues ahí yo si les doy la razón,
ESTOY DE ACUERDO. Y es por ello que me considero igualmente anticomunista, así
como anticapitalista, pero no me malentiendan: eso no significa que esté en
contra del capital, la inversión, la ganancia, el bien común o el progreso
verdadero como un objetivo a seguir. Simplemente es que considero insuficientes
a ambos sistemas económicos para lograr de la mejor manera esos objetivos para
la mayor cantidad de personas posible.
5.- Razón financiera: el capitalismo
“libertario” es inmensamente blandengue con los sistemas financieros, es decir,
con los bancos injustamente usureros.
Por ejemplo: si un banco otorgara a rango
de 2 años y medio a una empresa $100,000, para pagar a 24 meses, con una tasa
de interés FIJO del 20%, la empresa habrá pagado al término del plazo $120,000,
lo cual es hasta cierto punto razonable tanto para la empresa, como para la
franquicia bancaria (por lo cual al prestar la misma cantidad simultáneamente
solo a 10 empresas, no sólo recupera lo prestado, sino que obtiene de ganancia
el doble de lo prestado a una sola de ellas, ¡Y eso que sólo hablamos de 10
empresas!) y está bien.
Sin embargo el sistema injusto de usura es
tal, que los bancos se inventaron el concepto de Interés capitalizable, por lo
que, el mismo banco, pero bajo esta modalidad, le otorga a rango de 2 años y
medio a la misma empresa $100,000, para pagar a los mismos 24 meses, pero con
una tasa de interés CAPITALIZABLE del 10%, la empresa que aparentemente se topó
con una ganga, terminará pagando $ 141,040.416. ¡Paga más del doble que con una
tasa de interés fija aún si esta tasa está a la mitad! ¿Cuánto pagará entonces
a una tasa de interés capitalizable al 20%, es decir, la misma tasa pero
CAPITALIZADA? Termina pagando $431,236.66 ¡ Más de cuatro veces lo prestado! Explicaré
en que consiste la vil trampa explícita:
La
fórmula más clara y justa que podríamos hacer acerca de la tasa de interés vendría
a ser:
Número
de pagos [(Cantidad ÷ Número de pagos) + (1 + tasa de interés en decimal)]
Por
lo que a 20% de tasa simple:
24
[(100,000 ÷ 24) + (1 + .2)] ->
24 (4166.6666 + 1.2) -> 119,999.9999.
Lo
cual resulta en los justos y redondeados $120,000 que se acordaron pagar ya
contados los intereses.
Sin embargo aquí viene la fórmula del
interés capitalizable, de la que se agarran para cobrar tasas de interés
desorbitantemente injustas:
Cantidad
+ [(Cantidad ÷ número de pagos)(1 + tasa de interés en decimal) número de pagos]
¿Ya se entiende
mejor la monstruosa trampa? Pues así es como los bancos técnicamente nunca
pierden, mientras que el resto del mundo está endeudado en una droga imposible
de pagar. El total del PIB. Mundial es de aproximadamente $70,000,000,000,000,
es decir: setenta billones de dólares. Pero gracias a este “bendito” sistema
financiero ¿Cuánto dinero “debemos” todos, todas las naciones, a este usurero y
parasitario sistema financiero? $217,000,000,000,000 ¡Doscientos diecisiete
millones de dólares!Más del triple de
todo el PIB mundial. De esa magnitud totalmente fuera de lógica es la falla del
sistema financiero, falla que el capitalismo permite, y lo hace porque le
conviene.
Y por último,
6.- Razón ecológica: como el capitalismo necesita de este absurdo sistema
parásito llamado financiero para subsistir, está obligado a crecer, pues las
empresas al recibir estos jugosos créditos con la tasa de interés
capitalizable, están obligadas a producir a escala masiva, a vender lo que se
pueda, y así maximizar las ganancias en bruto. Sólo después de pagarle a los
bancos y hacer los otros pagos correspondientes es que se puede hablar de
ganancias netas. Por ello es que están obligadas a crecer y crecer, vender cada
vez más y extender sucursales, producción (“rasurado” de materias primas del
medio ambiente) y con ello la huella ecológica de la destrucción del medio
ambiente más allá de su capacidad para regenerarse.
Es por ello que
el capitalismo tiene que depredar cada vez más el medio ambiente para
mantenerse, y así es que las sub-teorías capitalistas típicas asumen el
supuesto de que “los recursos son inagotables”, o que la tecnología podrá
encontrar soluciones causados por la crítica escasez de recursos. Así que
cualquier análisis del “qué hacer” para combatir la destrucción ambiental
primero, conlleva usar recursos que pasaron por el tamiz del capitalismo mismo,
y segundo: ese análisis concluye en que hay que imponer límites al crecimiento
de la huella económica/ecológica, y aquí es donde entra el problema.
¿Cómo querer
ponerle límites a un sistema económico al cual los límites son su “Kriptonita”
y son una restricción mortal? Por eso es que los principales consorcios
empresariales financian campañas supuestamente “científicas” de negacionismo
del cambio climático, y por eso muchos capitalistas “felinos” no lo son tanto,
y se creen toda esa propaganda.
Ante ese nivel
cada vez más frecuente de destrucción ecológica, es casi imposible frenar los
daños, por lo que sólo quedan dos opciones posibles: o se acaba el petróleo (ver artículo sobre el tema)
antes del punto de no retorno, o una vez que crucemos el punto de no retorno el
cambio climático acabará con el 70% (o quizás más) de la vida del planeta. En
estos umbrales críticos estamos, pues somos la nueva Atlántida a punto de
enfrentar su propio colapso (artículo aquí).
Ahora bien, si
algún “listillo” todavía me dice “¡Pero Zendir! ¿Cómo puedes criticar el
capitalismo usando productos de Google, Facebook, Twitter y las redes
sociales?” Ya me sé la cantaleta de siempre, pues estos fanáticos, en su
discurso religioso, pretenden que no se les critique su religión del Dios-Mercado,
del Dios-Dinero, de Mammon.
Pretenden
silenciar toda crítica o intentar ridiculizarnos por ello, es decir, que no
deberíamos estar en contra de un sistema económico, sólo porque estamos tan
inmersos en él, que juntamente con defectos, también recibimos beneficios, y
por lo tanto debemos estar a favor, o CALLARNOS ¿Saben qué?
Utilizando su
propia “lógica” de la demagogia, en la que mezclan falazmente tecnología y
comunicaciones con este sistema económico (como si no hubiera ni tecnología ni
comunicaciones antes del capitalismo) llevaré hasta sus últimas consecuencias
sus “argumentos” idiotas:
-Ellos tampoco
deben estar en contra de las teocracias o gobiernos religiosos del Medio
Oriente, pues “gracias” a una teocracia como la del Egipto Faraónico, es que
tenemos química, geometría, y muchas otras ciencias.
-No deberían
estar en contra del asesinato de BEBÉS YA NACIDOS, pues fenicia, la región
donde sacrificaban bebés al Dios Moloch, también desarrolló el alfabeto.
-Deberían estar
de acuerdo (o callarse), con el hecho de que exista el ISIS, pues “gracias” a
los primeros califatos es que se desarrollaron, desde los primeros motores
pre-modernos hasta el álgebra.
-Ridiculicémoslos si critican a los que golpean a las mujeres, porque en
una sociedad terriblemente machista como fue la de la Grecia Clásica se conceptualizó
la geometría y se desarrollaron las matemáticas.
-Y por último
“No tienen derecho a criticar” a los países con regímenes fuertemente
estatalistas, pues fue en la Antigua Roma donde nació y se desarrolló el
derecho Europeístico u Occidental, que ha influido a casi todas las
constituciones del mundo, y gracias al cual todavía quedan instituciones que
defienden los derechos de esos “idiotas malagradecidos que se atreven a
criticar el estatalismo”.
Así que la
próxima vez que los “Mininos”(¿O debería decir Minions?) capitalistas pretendan
falazmente o ridiculizarlos o censurarlos por criticar lo malo de su religión
del Dios-Mercado, sepan que aquí ya tienen una respuesta que usando el mismo
tipo de demagogias ellos usan, se mete a vencerlas y rebatirlas en su propio
campo.
Finalmente cito
algunos fragmentos del excelente discurso de Pepe Mujica, quién lo pronunció en la ONU. Y aunque no comulgo
con los métodos de la ideología que él defiende (socialismo), no puedo dejar de
reconocer varias de las excelsas ideas plasmadas en su discurso y los objetivos que dice plantearse: “Lucho
para llevar a cabo el combate a la economía sucia, al narcotráfico, a la estafa
y el fraude, a la corrupción, plagas contemporáneas prohijadas por el
antivalor, ese que sostiene que somos más felices si nos enriquecemos como sea.
Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales, y
ocupamos el templo con el Dios Mercado. Él nos organiza la economía, la
Política, los hábitos, la vida y hasta nos financia en cuotas y tarjetas, la
apariencia de felicidad. Parecería que hemos nacido sólo para consumir y
consumir y cuando no podemos cargamos con la frustración, la pobreza y la
autoexclusión. Lo cierto hoy, que para gastar y enterrar detritos, la llamada
huella de carbono por la ciencia, dice que si la humanidad total aspira a vivir
como un norteamericano medio, serían necesarios tres Planetas. Es decir:
nuestra civilización montó un desafío mentiroso y así como vamos, no es posible
para Todos colmar este “sentido de la vida” que en los hechos masifica como
cultura nuestra época dirigida por la acumulación y el Mercado. Prometemos una
vida de derroche y despilfarro, que constituye una cuenta regresiva contra la
naturaleza, y contra la humanidad como futuro. Civilización contra la
sencillez, contra la sobriedad, contra todos los ciclos naturales, pero lo
peor, civilización contra la libertad que supone Tiempo para vivir las
relaciones humanas, amor, amistad, aventura, solidaridad, familia. Civilización
contra el tiempo libre que no paga y puede gozar escudriñando la naturaleza.
Arrasamos las selvas verdaderas, e implantamos selvas anónimas de cemento.
Enfrentamos al sedentarismo con caminadores, al insomnio con pastillas, a la
soledad con electrónica…. ¿Es que somos felices alejados de lo eterno humano?
Aturdidos, huimos de nuestra Biología que defiende la vida por la vida misma
como causa superior y la suplantamos por el consumismo funcional a la
acumulación. La política, eterna madre del acontecer humano, quedó engrillada a
la economía y al Mercado.
Vuelvo a repetir, la crisis ecológica del Planeta es
consecuencia del triunfo avasallante de la ambición humana, también lo es su
derrota, por impotencia política de encuadrarse en otra época que sin
conciencia hemos construido.
Nuestra época es portentosamente revolucionaria, como no
conoció otra la humanidad, pero sin conducción consciente o simplemente
instintiva. Menos aún con conducción Política Organizada porque sin siquiera
hemos tenido filosofía precursora de importancia. La codicia que tanto empujó
al progreso material, técnico y científico, paradojalmente nos precipita a un
abismo brumoso. Una época sin historia y nos quedamos sin ojos ni inteligencia
colectiva para seguir colonizando y perpetuar transformándonos. Parece que las
cosas toman autonomía y someten a los hombres. Por un lado u otro, sobran
atisbos para vislumbrar el rumbo pero es imposible colectivizar grandes
decisiones por El Todo. La codicia individual triunfa sobre la codicia superior
de la especie. Aclaremos: qué es el Todo para nosotros? La vida global del
Sistema Tierra incluyendo la vida humana con todos los equilibrios frágiles que
hacen posible perpetuarnos.
Los recursos necesarios existen en el depredador
despilfarro de nuestra civilización. Pero… hace casi 20 años discutimos la
humilde Tasa Tobin y esto ilumina nuestras impotencias.
Sin embargo, con talento y trabajo colectivo el hombre
puede hacer verdear a los desiertos, llevar la agricultura al mar, desarrollar
nuestra agricultura con agua salada, etc, etc.
Es posible arrancar la indigencia del mundo y marchar a
la estabilidad, es posible que el futuro lleve la vida a la galaxia y el
hombre, animal conquistador, continúe con su inclinación antropológica, pero….
Necesitará gobernarse como especie o sucumbirá.