Palabras clave: Artículos, Reflexiones, Nobleza, Civilización, Cultura., Nómadas, Sedentarios, Salvajes, El Noble Salvaje, Nobleza de Abolengo, Verdadera Nobleza, Ejército Mexicano entro en Texas, Invade México a Estados Unidos
Tengo una amiga que conoce a pie juntillas
los nombres de las más destacadas familias “nobles” de Europa, aunque también
algunas de Asia y África. Sabe muchas cosas sobre la familia real Danesa, la de
Lesoto, el Emperador Japonés, la familia Saudí, la familia Pahlevi, la familia
de Thailandia, la Británica, la familia de Borbón, etc… y me resulta curioso
cuando tiene algunos pretendientes que fingen interesarse por las familias
“nobiliares” sólo para conseguírsela a ella, porque las primeras nociones que
se les viene a la mente al pensar en Reinas, Príncipes y Princesas son los
tópicos y los clichés.
Luego también mi amiga se interesó inicialmente
por esos temas justamente por esos mismos clichés, que ejercen cierto tipo de
fascinación en no pocas mujeres y en más de un hombre. Una imagen estereotipada
en la que se asocia a la nobleza, a las Princesas y los Reyes con conceptos,
situaciones y contextos como: el lujo, la delicadeza, inclusive la debilidad,
las joyas, la fama mundial, la riqueza, el linaje, las alfombras rojas, la
alcurnia, la herencia, las propiedades, los castillos, las mansiones, la
hiper-exclusividad, etc… Por lo tanto, y parafraseando a Raymond Carver, hago
esta pregunta ¿A que nos referimos cuando hablamos de Nobleza?
Así pues la nobleza es una especie de
estatus hereditario definido por su parentesco hacia un monarca, ya sea actual
o ya sea ancestral, de tal modo que el descendiente de un muy lejano hermano no
reinante del monarca, es heredero de un ducado o condado, ya sea nominalmente o
de facto. La persona que pertenece a la Nobleza no requiere tener ningún
mérito, solamente el hecho de haber nacido en determinada familia como para
hacer valederos ciertos derechos para poseer tierras, lujos, cierto grado de
riqueza y distinción social. Por lo tanto, básicamente la Nobleza según esta
definición, es prácticamente un estatus de parásito social.
¿Esta
es pues la auténtica definición de la Nobleza? Para esta civilización sí, pero
esa definición es falsa, pues no es ni buena ni sana para la sociedad, ni
tampoco mantiene la relación conceptual con su origen, por lo tanto no es
auténtica. ¿Cómo podemos pues saber cuál es la auténtica definición de la
nobleza? Remontándonos a su origen. Tenemos pues que antes de que se formara la
nobleza ya existían dos tipos de culturas: la cultura nómada y la cultura
sedentaria.
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Cultura nómada.
Siendo la cultura nómada, la que está
basada en no tener un lugar fijo, y en los tiempos inmediatamente previos al
inicio de la civilización este tipo de cultura estaba condicionada y ligada a
la caza y al pastoreo de especies animales como la cabra, el ganado vacuno, las
alpacas, las llamas, los camellos, etc…
Por ello la manera de vivir que fomentaban
este tipo de culturas estaba basado en el valor de los hombres, el liderazgo
viril (aun así también hubo culturas donde algunas mujeres también compartían
las tareas de la caza y la guerra), un sistema de justicia basado en castigos
violentos contra los traidores y agresores internos, la violencia organizada,
tan necesaria para cazar animales salvajes o defender a los animales criados de
los ataques de los depredadores; la federación de dos o más familias para
formar tribus, la adoración a Dioses de las tormentas, el uso de pinturas del
tipo rupestre para atraer mágicamente a los animales deseados, el uso del fuego
y su culto supersticioso, el chamanismo de los curanderos, y el complemento
nutritivo de raíces y algunos cuantos frutos, así como la creencia en espíritus
totémicos, etcétera…
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Cultura sedentaria.
Por otro lado, la cultura sedentaria está
basada en tener un lugar fijo para vivir. Ligada y condicionada a la
agricultura, necesita de actividades periódicas como lo son el sembradío de
semillas, regadío y cuidado de plantas, así como la cosecha y el consumo de
estos frutos.
Por ello, en los tiempos inmediatamente
previos al inicio de la civilización, este tipo de cultura fomentó el trabajo
de hombres y mujeres; en la fecundidad de la tierra, la cual al ser equivalente
a la fecundidad materna, llevó a la idea de la Gran Diosa Madre, creando así en
consecuencia un sacerdocio femenil, y de allí al liderazgo femenino y el
matriarcado. Luego, con una especie de comparación cósmica entre las parejas
humanas (en la ancestral y típica posición “del misionero”) y la fecundidad de
la tierra y el campo, se llegó a cierta conclusión de un Padre Cielo fecundador,
proveedor de la lluvia (una especie de “semen celestial”), y una Madre tierra
fecundada, progenitora del fruto (los hijos terrenales de la Gran Madre).
Después tenemos al tercero en discordia, el
que quiere romper esta unión: un obscuro Dios del caos, que viene a ser el mar,
basado en los rumores de los pueblos vecinos que relatan sobre las tempestades
de ese ser tan caótico. Así pues, en las culturas sedentarias primigenias,
muchas de ellas matriarcales por reproducir en la sociedad humana lo que veían
en el cosmos, también reprodujeron el ideal de la monogamia como una aplicación
de la relación dual entre cielo y tierra, en la cual cualquier tercero es una
perturbación, así como el caótico y tempestuoso mar lo es para los pueblos que,
viviendo en sus costas, navegan tímidamente para pescar, pero tienen gran temor
de un medio que no “dominan a plenitud”, como si lo harán sus descendientes más
experimentados en la navegación.
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Abanqal, el primer científico moderno.
Pero fue justamente un Africano de origen
Español Andalusí, el pensador musulmán de finales de la Edad Media, Abanqal,
quien reconoció las virtudes y los vicios de ambos tipos de culturas.
Precursor y padre de
la ciencia racional moderna, padre asimismo de la sociología, este gran
pensador y científico también escribió varias obras con títulos larguísimos,
como por ejemplo: "Introducción a las evidencias de los pueblos", "libro de la
evidencia que registra los hechos de los árabes, persas, barbaros y otros"; "el
libro de historia de los orígenes de la tierra, la naturaleza, las plantas, los
árboles, los animales, las personas y la sociedad"; "registro de los inicios y
eventos desde el tiempo de la revelación de Allah a Israel hasta el tiempo
de los ataques a la tierra del Islam"; y "el registro humilde e indigno de la
cuenta de mis días errantes", libros cuyos títulos, para efectos prácticos
podemos resumir quedando así:
Introducción a la evidencia,
libro de la
evidencia,
libro de los orígenes,
registro de la historia universal y
registro
autobiográfico.
Pero aquí una vez
mencionados, nos toca hablar sobre el libro de los orígenes.
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Comparación entre los
valores, virtudes y vicios de los pueblos nómadas y sedentarios, según el libro
de los orígenes.
Su libro de los orígenes hace una
comparación de valores, virtudes y vicios entre los pueblos de cultura nómada y
los pueblos de cultura sedentaria, comparación misma que parafrasearé y -de ser
necesario- completaré:
“Por su manera de vivir, los nómadas sólo
tienen las cosas más esenciales, por lo que sus acciones son para sobrevivir, y
así viven conforme a la naturaleza: totalmente integrados. Así viven conforme
al ambiente, ya sea este las colinas, el desierto, el bosque, las praderas, la
sabana o las montañas.
Su vida es más salvaje, más valiente, y si
viven en tribus: son más honorables, poseen más cohesión de grupo, conviven
comunitariamente y por ello son menos hipócritas. Cuando no poseen escritura
son menos mentirosos. Por lo tanto su vida exalta al valor, la honestidad, el
honor, la cohesión, la comunidad y el modo de vivir guerrero.
Sin embargo entre sus vicios está la
violencia organizada y su disposición para viajar grandes distancias con el
objetivo de matar personas y apropiarse de sus pertenencias.
Mientras que los sedentarios tienen más
cosas para vivir y hasta pueden tener lujos. Superada la etapa de
sobrevivencia: sus acciones tienden a la búsqueda del placer, en una vida
civil, más tranquila, pero más cobarde, y si la ciudad es grande: así de grande
es su pecado. Sin embargo es más difícil que maten, saqueen o invadan…”
Por lo tanto, vemos que ante la fuerza de
las culturas nómadas y su tendencia a la guerra, se encuentran las culturas
sedentarias primigenias, las cuales no estaban habituadas a cuidar y trasladar
animales, y eran un tipo de cultura fructífera pero débil, en la que surgió el
excedente alimenticio y de recursos: culturas débiles y tentadoras, se pusieron
en la mira de alguna cultura nómada que tarde o temprano iniciaría los ataques
de saqueo para posteriormente conquistar a aquellos poblados sedentarios.
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El motor de la
civilización.
Aunque el conflicto violento que resulta
por los ataques de los nómadas contra los sedentarios fue, ha sido, y es de
proporciones terribles para las víctimas, a largo plazo, en los hechos, e
indiferente a cualquier valoración sensiblera y buenista de los tiempos
hipermodernos: ese choque fermenta a
ambos pueblos, a nómadas y sedentarios (cuando triunfan los primeros y
conquistan a los segundos) en un nuevo tipo y hasta nivel de cultura, para bien
o para mal. Para esto Abanqal nos explica:
“Cuando los nómadas más antiguos invadieron
el pueblo sedentario, el jefe de la tribu atacante convirtió a su tribu en la
capa superior de la nobleza, y a su estirpe la convirtió en la dinastía, fuente
de Reyes y nobles.
Por ello es que desde entonces la nobleza
tiene amor a la cacería, y al dulce sabor de la carne, pues son descendientes,
por sangre o por cultura, de los Nómadas. Los nómadas pues son la auténtica
fuente de la nobleza.
Cuando se estableció esa primer dinastía
sobre un pueblo campesino, los nobles primigenios no trabajaron en el campo:
más si no hubieran hecho nada y sólo hubieran cobrado el tributo: el pueblo se
rebela, y siendo mayoritario, se habrían tragado a sus amos nómadas.
Así que el Rey conquistador y sus
descendientes fueron tomando medidas para mantener atemorizada a la mayoría
sedentaria, fingiendo estos Reyes ser Dioses o descendientes de Dioses,
buscando oro y plata para vestirse y verse brillantes: así fue creada la
minería.
Cuando los Reyes y Reinas visten oro y
plata, pronto los príncipes, duques y grandes del Reino también lo hacen, y
tantas piedras brillantes son sacadas de las minas, que hay exceso de ellas en
el pueblo.
Cuando la nobleza se da cuenta de que el
pueblo cambia joyas por comida, comienzan a fomentar el comercio, cambiando en
pueblos vecinos las joyas en exceso por cosas y alimentos que les faltan y que
los pueblos vecinos tienen en exceso.
El comercio ayuda a la riqueza, sin embargo
surge la necesidad de administrar: así que se crea la escritura, primero
dibujos que representan cosas con las que se comercia, junto con marcas
sencillas que significan el número de cosas con las que se comercia.
Con el paso de las generaciones se crean
signos que representan cosas no visibles, como el amor, el bien, el mal, la
obediencia, la envidia, etc… y así la escritura se desarrolló.
Así que gracias a la necesidad de que los
Reyes simulen ser Dioses y descendencia suya, es que las joyas, la minería, el
comercio, la escritura y las matemáticas aumentan la riqueza, y al aumentar la
riqueza aumenta el número de personas de esa sociedad. Por ello es que ese pueblo necesita mucha más
agua de los ríos, así que se crea el sistema de riego por canales y diques, y
la población sigue creciendo.
Cuando la población ha crecido, ya no es
aldea donde viven, sino ciudad, pero son tantos, que tienen que fundar otros
poblados, siendo la fundadora la metrópoli mientras que los otros poblados son
colonias. De este modo pues surgen los países, como tierras donde hay muchas
ciudades de una misma cultura o similar civilización.”
De ese modo es que descubrimos no sólo que
el verdadero origen de la Nobleza es la existencia de una capa nómada
victoriosa sobre un campesinado sedentario ancestral, sino también que la
Nobleza verdadera, junto al pueblo campesino son el motor de la civilización.
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La estabilidad, indispensable
para la asimilación.
Mientras se forma la civilización, vemos
como los nobles sacan a muchos campesinos de sus labores agrícolas para
emplearlos primero como mineros, y después como comerciantes. Luego, esta
civilización, al haberse formado de la fermentación entre nómadas dominantes y
sedentarios dominados, sin embargo no es vecina de montañas, colinas, bosques o
desiertos vacíos, sino que una vez que la tribu “civilizadora” ancestral bajó
al poblado para conquistarlo, dejo un vacío: vacío que ocupó otra tribu nómada
igual de peligrosa que la primera.
Estando esta civilización naciente rodeada
por nómadas, se vio igualmente atacada y saqueada por estos en la periferia,
por lo que ya no era suficiente la minoritaria capa guerrera de nobles, así que
estos tuvieron que recurrir al reclutamiento forzoso de los campesinos para
engrosar sus filas y así “inflar” el número de sus ejércitos defensores. Con el
reclutamiento, llega la organización militar, y con ella, la férrea disciplina
que mantiene a los nómadas vecinos a raya, o inclusive castigados por
expediciones.
De esta forma tenemos ya a mineros,
comerciantes, administradores, escribas y guerreros, de los cuales ninguno es
de origen nómada. Luego los comerciantes enriquecen, mientras que de vez en
cuando una familia ya muy lejana del Rey actual está muy empobrecida, pues no
tiene suficientes tierras que regentear: son “ricos en abolengo”, pero pobres
en propiedades.
Así que de vez en cuando un comerciante
“plebeyo” pacta con un noble empobrecido una boda para su hija, recibiendo el
comerciante un emparentamiento con “gente de sangre azul”, mientras que el
noble empobrecido recibe “las riquezas y propiedades que su familia merece”:
surge pues el mestizaje a nivel de los ricos.
Si ya de por sí había mestizos entre la
gente pobre, fruto de las violaciones de los primeros nobles nómadas: mestizos
irreconocidos por sus padres varones, y por tanto “bastardos”, ahora surgen
“bastardos” entre los ricos, pero OJO: una vez que hay “bastardos” ricos,
comienza a dejar de ser mal visto el mestizaje. Incluso a veces los mestizos
ricos y nobles suelen emplear a mestizos pobres como medida de “solidaridad”.
Luego resulta que estos mestizos ricos y de
nobleza comienzan a enviar a sus hijos al ejército, no ya como meros reclutas,
sino como oficiales, pues ellos son tan nobles como el que más. Así un ejército
de reclutas “de la raza servil”, con menguados miembros mestizos, comienza a
tener oficiales mestizos, fomentando la entrada de muchos reclutas mestizos.
Cuando esto pasa, vemos nobleza mestiza,
campesinos mestizos, y ricos mestizos. Naturalmente pues, se abre también el
sacerdocio para la gente mestiza, y de este modo deja de tener sentido la
división racial entre la raza gobernante y la raza gobernada: ambas etnias se
han asimilado mutuamente en una civilización.
(Visigodos: cuando
su asimilación racial con los hispanorromanos fue completa durante la ocupación
musulmana: se formó la identidad Astur-Leonesa, que impulsó la reconquista
Española.)
Sin embargo, para que esto suceda, tienen
que pasar siglos, y no sólo eso: sino que la civilización debe tener
estabilidad, esto es, que mientras los nobles y los siervos se asimilan, no
debe ser esta cultura conquistada por ninguna otra etnia, nómada o sedentaria,
pues se vería interrumpida la asimilación, ya que mientras no se asimilen ambas
etnias: los sometidos siempre verán a la raza gobernante como una casta odiada,
y buscarán a cualquier agresor externo con posibilidades de ganar, para
apoyarla en la destrucción, expulsión o exterminio de aquella raza gobernante
aún no asimilada.
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La asimilación axial.
Con la asimilación racial, fruto de la
relativa estabilidad de la civilización a lo largo de los siglos, sucede un
proceso paralelo a esta: la asimilación axial. Esta asimilación es de valores,
por lo que las virtudes (aunque también los vicios) de la raza gobernante
-virtudes practicadas al principio por esa minoría- se permean hacia abajo, y
pasan a ser un ideal a practicar por la raza gobernada. De tal manera que una
vez que se han mestizado en un contexto de estabilidad, el pueblo en su mayoría
está influenciado por una serie de virtudes de la Nobleza, así como también
influencia con sus virtudes propias a los gobernantes: la civilización pasa a
compartir valores a nivel más masivo.
¿Qué virtudes de la Nobleza permean en el
Pueblo? Virtudes como el valor, el honor, la honestidad, el deporte, la
sacralidad del combate, la veneración familiar al Padre e inclusive una difusa
noción de equidad entre la mujer guerrera y el hombre guerrero. ¿Qué virtudes
del Pueblo permean en la Nobleza? Virtudes como el trabajo digno, el esfuerzo,
el arte complejo, la perseverancia y la dignidad de la Madre y su veneración
familiar, e inclusive el respeto y la veneración a los ancianos, aunque esta
virtud también suele estar presente en más de un pueblo nómada.
¿Qué virtudes en común se generan en la
civilización en la que conviven ambas capas de la sociedad? La Disciplina
guerrera, que luego también comienza a aplicarse en el trabajo constructivo, el
orden, la justicia, la educación y la sabiduría.
Luego poco a poco se empieza a asociar la
palabra Noble con “persona virtuosa”, pero luego de esta asociación, ha
ocurrido una degeneración, fruto del triunfo de las filosofías y las religiones
pasivas y buenistas: tanto así, que ahora asociamos la palabra Noble con
alguien bienintencionado, que no se defiende, apacible, en otras palabras: un
dejado.
Hay que tener mucho cuidado pues con
asociar Nobleza con ser dejados: examinando los orígenes Nómadas y guerreros
nos damos cuenta de que los auténticos Nobles, los pueblos conquistadores, no
tienen nada que ver (excepto la sangre, pero degenerada en nuestros tiempos por
tanta endogamia entre casas nobiliarias) ni con las Casas Reales Dinásticas de
ahora, que sólo son delicaditos parásitos ornamentales, ni mucho menos tiene
que ver con la gente pasiva, con la gente dejada.
La verdadera Nobleza alienta a practicar
las virtudes del valor, el honor, la justicia, y de ser necesario: la
autodefensa y la vida proactiva.
Volviendo al tema de los valores, vemos
pues como es que pueblos enteros han recibido valores permeados desde arriba,
los han hecho suyos, y por ello tienen costumbres masivas llenas de virtud:
pueblos como el Japonés, que aún en estos días hiper-tecnificados y
alientantes, aún cuentan con una cierta mayoría de población que vive y
practican valores que parecieran imposibles de practicar a nivel masivo en
nuestra Latinoamérica.
Esto es así porque las costumbres de su
clase guerrera aristocrática, las costumbres del Bushido, el Zen y los Samurai
permearon hace muchos siglos, hacia las clases “de abajo”, identificándose
estos y haciendo suyos los ideales aristocráticos. Esto sólo lo pudieron lograr
por periodos de una relativa estabilidad política en cuanto al exterior, pues
aunque vivieran periodos de guerras civiles, estos periodos coincidieron con
una larga ausencia de ataques e influencias extranjeras hostiles: y cuando esta
hostilidad externa por fin surgió, ya había ocurrido la asimilación axial en el
pueblo Nipón, y estaban listos para expresar su fuerza en su Imperio, siendo
así que a pesar de su derrota, han sabido aplicar sus valores de honor,
trabajo, dignidad y suprema disciplina para levantarse literalmente de las
cenizas nucleares para convertirse en el primer proveedor de tecnología
mundial, entre otras cosas.
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Por lo tanto ¿Qué es
la Nobleza?
Ya un educador Andalusí llamado Li Abanabas
Ibrahim lo resumió excelentemente:
“La nobleza es el honor que una persona
sabe que tiene, y este honor consiste en vivir una vida de valentía, justicia,
trabajo y servicio.”
Así queda definido el mejor concepto, el
más auténtico y el más conveniente para la vida, en fin: el verdadero concepto
de la Nobleza, y por lo tanto del verdadero Honor también. De este modo, el
honrado que sabe que es honrado, se convierte en Noble, pues sabe que posee
virtudes valiosas, defiende su condición de honrado, y trata de ser ejemplo de
los demás, pues esas virtudes, al igual que la alegría y el amor (de hecho el
amor necesita de esas virtudes para ser verdaderamente amor: están tan
relacionadas con el amor que no se sabe dónde termina este y comienzan estas)
están hechas para compartirse, no para quedarse atrapadas en una sola persona,
donde se estancarían y se pudrirían.
Y esto es tan evidente, que si le pido a
una persona medianamente educada en la infalible UNIVERSIDAD DE LA VIDA, que
piense en alguien auténticamente honorable: difícilmente va a pensar en alguien
cobarde, flojo, injusto o egoísta ¡Al contrario! Va a pensar en alguien que es
trabajador, tiene vocación de servicio, trata de llevar una vida lo más justa
posible, y es muy valiente, enfrentando y venciendo a sus peores miedos de ser
necesario.
¿Cómo pues pretenden los fanáticos
religiosos Islamistas que el vil y repugnante asesinato de mujeres violadas es
un “asesinato por honor”? ¿Qué es más honrado y preserva su verdadera honra: la
joven valiente, trabajadora, servicial y justa que sin embargo ha sufrido una
violación; o la joven frívola, hueca, floja, egoísta, y adinerada que espera
llegar virgen al matrimonio con algún magnate para cumplir sus deseos más
basuriles y huecos? Así que ni mil injusticias podrán nunca quitar el brillo
al verdadero honor ni a la verdadera nobleza.
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Personas con gran
potencial de Nobleza.
Por ello es que la Nobleza no es algo fácil
de alcanzar, pues aunque existen muchas personas trabajadoras, muchas personas
valientes, muchas personas serviciales y muchas personas justas ¿Cuánta gente
es al mismo tiempo trabajadora, servicial, valiente y justa? Y esto es porque,
hay gente trabajadora que no es servicial. Si son trabajadores y serviciales,
es difícil que también sean justos, pues desgraciadamente esta civilización
actual no fomenta una noción masiva de justicia, y al no tener una noción clara
de ello, se pueden cometer injusticias inclusive sin saberlo.
Luego hay gente valiente, pero muy injusta:
le suelen entrar a los peligros para proteger o ayudar a los suyos, pero suelen
excluir a mucha gente a su alrededor a quienes no consideran “los suyos”,
mientras que al mismo tiempo suelen perjudicar “a los otros”, los que no
consideran parte de su estúpidamente elitista grupo. Y ni hablemos de quienes
son trabajadores y esforzados dentro de ese grupo de valientes, pues muchos le
entran a los peligros, pero no toman ni una pala, martillo, clavo, espátula de
cocina, o herramientas de oficina, y si lo hacen, más de uno se desempeña de un
modo mediocre y nomás para cumplir.
Así que si tomamos en cuenta que para ser
auténticamente Noble se tiene que ser trabajador, servicial, justo y valiente,
y poseer asimismo autoconsciencia de que se es honorable (Nobleza = Honor autoconsciente),
veremos que hay muy pocas personas Nobles en el mundo.
Sin embargo ¡No desesperes! Hay tanta gente
potencialmente Noble, y paradójicamente están muy lejos ¡Muy pero muy lejos! De
pertenecer a esas rancias familias reales con títulos Nobiliarios vanos y
formadas muchas veces por parásitos anacrónicos de la sociedad.
Las gentes potencialmente Nobles las
podemos encontrar “paradójicamente” entre muchos de los más pobres, entre gente
que casi no tiene nada, pero están dispuestos a compartir con los demás lo poco
que tienen cuando es necesario: gente muy trabajadora y digna, que sufre
injusticias económicas y laborales, pero que aun así son semilleros de
reclutas: soldados, policías y bomberos, que los señoritos de manitas de seda
tienen a despreciar como “gente corriente y prepotente”.
Video: cuando el
ejército Mexicano cruzó la frontera con U.S.A. para ayudar en Texas a los damnificados por el Huracán
Harvey mientras el señorito estirado Trump seguía berreando por enésima vez con el
tema del muro.
Gente también que están dispuestos a hacer
los trabajos más duros que otros no quieren hacer, porque no se vayan a morir
por agarrar un azadón o por hacer oficios sencillos pero muy cansados.
También entre los que se han cansado de la
maldita opresión de nuestros indignos gobiernos corruptos: los que hartos de
toda esta injusticia se rebelan contra medidas injustas tanto por parte de
gobiernos Socialistas rentistas precarios como el de Venezuela, como por parte
de gobiernos Neoliberales “Tecnócratas” como el de México: en verdad las
fuerzas del orden en lugar de reprimir, debieran hacer causa común con nuestros
pueblos.
Inclusive hay mucho potencial de Nobleza
entre los indígenas de nuestro continente Americano: los indígenas que aún
mantienen el modo de vida nómada y hasta cierto punto Pagano (o Cristiano
católico o evangélico, pero sin el virus de la cobarde sumisión ante la
injusticia), de los que no se han vuelto sumisos religiosos que creen que es
bueno arrastrarse y caminar de rodillas hacia la Virgen, sino de los que
mantienen el orgullo ancestral de ser un pueblo fiero.
Son pues ciertos Indígenas, gente muy pobre
que son semilleros de guerreros, gente harta de las injusticias, personas que
asumen trabajos que otros no quieren y otros más, son seres humanos mucho más
cercanos y con mucho mayor potencial de alcanzar el nivel de nobleza, que toda
esa caterva de parásitos de la falsa nobleza: de los que no tienen casi ningún
mérito, excepto el de la suerte de haber nacido en cuna de oro y con supuesta
“sangre azul” corriendo por sus privilegiadas venas.
Lo que necesitan todos estos dignísimos
hombres y mujeres con valores, pero en la pobreza, es recuperar la fuerza y el
valor, siendo así que se necesita recuperar la valoración de la autodefensa,
tanto personal como grupal, la valentía, el honor y la fuerza.
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La Nobleza del
pensamiento fuerte ante el buenismo progre del pensamiento débil.
Pero la cultura progre actual es demasiado
“buenista” hasta la lástima, pacifista hasta la ingenuidad, humilde hasta la
indignidad, y débil hasta la náusea. En una cultura decadente como esta, que
requiere del uso de la fuerza pública para reprimir y mantener sus privilegios
injustos y desiguales, pero que paradójicamente desprecia con “odio de clase” a
los mismos miembros de la fuerza pública que emplea, en una cultura decadente
como esta es natural que un mensaje como el mío contraste radicalmente, y es
por eso que su servidor, el que escribe estas líneas es tachado de “Fascista”,
“Radical”, “Totalitario”, “Morenazi”, “Negronazi”, “Esvástica de Jabón” (Este
último es el más erróneamente gracioso), etc… Sin embargo ¿He mencionado en
alguna parte de mi artículo que la Nobleza es causada por la raza? ¿He dicho
algo que sea verdadera y conceptualmente racista? ¿He dicho que hay personas
imposibilitadas a la Nobleza por razón de su color de piel? ¡Todo lo contrario!
¿Cuándo un Neonazi supremacista blanco,
Pseudo-Ario, Trumpendejo o K.K.Kulito se atrevería a incluir como persona de
potencial Nobleza a un indígena, a un negro o a un judío? Por todo eso es que
yo no pertenezco a ese gremio de racistas pseudo-arios, (ni me admitirían, ni
podría aguantar mucho tiempo el vómito de pertenecer a semejantes grupos escoria)
pues sé muy bien que la fuerza de una comunidad, milicia, ejército, nación o
continente no viene de una raza, sino de la práctica constante de los valores
de la Nobleza, y entre ellos el de ejercer la Justicia, incluyendo si es
absolutamente necesario e inevitable, el combate bélico contra las injusticias.
Se debe pues ser fuerte ante las injusticias.
Así pues, a todos los que me han dicho
“Eres muy bueno para diagnosticar o criticar el actual estado de cosas, pero
¿Qué propones para sustituir y superar a esta civilización enferma y
decadente?” Propongo inicialmente esto que he dicho, el recuperar valores como
la Nobleza, el Honor, la Valentía, el Trabajo, el Servicio, la Justicia, y la
Fuerza, mucha Fuerza, pues la necesitamos como pueblo que debe defenderse de
una vez por todas, aunque nos tachen de “Fascistas”, o de “Salvajes”.
Así que comparativamente, el ideal progre
sólo podría mantener su utopía buenista en condiciones externas de máximos
recursos y paz externa, mientras que mi propuesta, de llevarse a cabo, se puede
mantener tanto en condiciones de máximos como de mínimos.
Sin embargo dice Dietrich Schwanitz en un
análisis maniqueo de la cultura y la civilización “La civilización la hacen
precisamente los débiles”.
Entonces yo le respondo que si el ser
fuerte es ser salvaje, y débil es ser civilizado, pues entonces prefiero ser
salvaje, antes que pertenecer a una civilización que exalta a la debilidad.
Y quizás para los posmodernos, hípsters y
demás gente acomodada, un pensamiento y una forma de ser pertenecientes a otra
cultura: un modo de ser fuerte e indómito, les parece salvaje, sin embargo ya
muchos de esta civilización han admitido lo que aquí es obvio y es inevitable
admitir su auténtica relación: el arquetipo del NOBLE SALVAJE.
Así que si nos llaman fascistas, brutos,
rudos, salvajes, totalitarios, radicales o idiotas: si los perritos
french-puddle ladran, es señal de que avanzamos Pancho ¡Que diga! Sancho.
Así que este “fanático radical” termina
este artículo citando nuevamente a Abanqal:
“Yo no aconsejo al que quiera poseer la
gran virtud, que escoja solamente un modo de vida entre el Nómada o el
Sedentario, sino que elija aquello que es mejor de ambos modos de vida: la
piedad religiosa, la valentía, la austeridad consagrada, la disciplina, el
trabajo, la perseverancia, la justicia, el arte, la disposición para defender a
la comunidad, la sabiduría, el estudio, el cultivo del cuerpo, y otras más que
si las menciono ni un millón de libros podrían contenerlas.”
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Hacia una mejor definición de la cultura
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Excelente!!! Me encanta la percepción que tienes acerca del concepto de Nobleza. Creo que estás cien por ciento acertado.
ResponderEliminarQuizás me equivoque, pero puede que los más "ricos" incentiven la pecepción de que son ellos quienen son los "nobles" como medida de resguardo y supervivencia de sí mismos. Porque si todos supiesen que los verdaderos valores están en la gente "de abajo", nadie les daría bola a ellos y terminarían desapareciendo solitos.
Saludos!
Exáctamente. Ahi está el error de los conspiranoicos: en su mente creen que las elites siempre han sido las mismas, desde los sumerios hasta nuestros días.
EliminarSin embargo tanto la cultura como las élites son ramas de un árbol que se sustentan por los que están más abajo, así que el mismo pueblo siempre puede producir nuevas élites (por ejemplo un soldado que desde abajo llegase a general e impulse un golpe de estado, alguien que amasó una fortuna trabajando horas extras y se convirtió en un nuevo rico, etc...) mientras que las élites anteriores ráramente sobreviven generacionalmente un par de siglos después del colapso de la cultura que parasitaban.
Por eso es que una vez que el pueblo ha elevado a "sus nuevos campeones", estos tienden a olvidar sus orígenes humildes, y casi cada persona que hoy está "abajo", si estuviera "arriba", se portaría déspota. El que no tiene y llega a tener, loco se quiere volver.